sábado, 19 de abril de 2014

DOMINGO DE PASCUA (Abril 20, 2014) El Señor Ha resucitado!

Enfasis Sugerido

"La muerte y pasión de nuestro Señor es el motivo mas dulce y mas convincente que puede avivar nuestros corazones en esta vida mortal…Los hijos de la cruz se glorifican en esto, su maravillosa paradoja que muchos no entienden: de la muerte, la cual devora todas las cosas, ha emanado el alimento de nuestra consolación. De la muerte, que es fuerte por sobre todas las cosas, ha emanado la dulce miel de nuestro amor." (Tratado del Amor de Dios, Libro 12, Capitulo 13) 

Perspectiva Salesiana

Esto, verdaderamente, es el misterio central de nuestra fe. Jesús permitiéndose a si mismo ser consumido con pasión por la rectitud y por la muerte ha, a su vez, conquistado la muerte de una vez y para siempre con el poder de la promesa de la vida eterna. 

El camino de la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo fue personal: fue único. Fue confeccionado por el Padre desde la eternidad. Jesús fue fiel con la visión de Dios para con El; Jesús acogió su vocación como el humilde y gentil Mesías; Jesús sufrió el dolor de la muerte; Jesús experimento el poder de levantarse de nuevo. 

Dios ha confeccionado un camino personal para cada uno de nosotros desde la eternidad. Cada uno de nosotros juega un papel único en la revelación eterna de la vida divina, del amor divino, de la justicia divina, de la paz divida y de la reconciliación divina del Padre. Aun así, el camino a la resurrección es el camino de la cruz- el camino a la rendición, el camino al desprendimiento, el camino a dejar a un lado todas las cosas, los pensamientos, las actitudes y las acciones que no nos permiten personificar la pasión de Cristo: la pasión por todo lo que es recto y verdadero. 

Francisco de Sales ofrece esta imagen en el Libro 9 de su Tratado del Amor de Dios"Dios le ordeno al profeta Isaías que se desnudara completamente: esto hizo el profeta, y se fue a predicar así por tres días completes (o, como cuentan algunos, por tres años completos). Entonces, cuando el tiempo que Dios había determinado paso, Isaías se vistió de nuevo. Así mismo nosotros debemos quitarnos todos los afectos, grandes y pequeños, y hacer una reexaminación frecuente de nuestros corazones para ver si están realmente listos para desvestirnos y quitarnos todos esos ropajes, como lo hizo Isaías. Entonces, en el momento propicio debemos volvernos a cobijar con los afectos apropiados para el servicio de la caridad, para que así podamos morir desnudos en la cruz con nuestro Salvador divino y después levantarnos de Nuevo con el y como personas nuevas. " 

Deben estar seguros de una cosa: la muerte diaria del yo personal, que es parte de vivir una vida pasional, no se trata de morir sino de desvestirnos, de dejar ir por nuestro propio bien. No, se trata de que todo lo que somos debe ser purificado para así poder vivir vidas de divina pasión y compasión mas fiel y efectivamente. Dios no desea que nosotros dejemos que nuestro yo muera por modestia, sino que nuestro yo muera para que así, paradójicamente, podamos ser quienes El nos ha llamado a ser. 

“El amor es tan fuerte como la muerte como la muerte a la hora de permitirnos abandonar todas las cosas,” escribió San Francisco de Sales. “Es tan magnifico como la resurrección que nos adorna con la gloria y el honor.” 

Esta gloria y honor no solo esta reservada para el cielo. En la medida en que nosotros morimos cada día un poquito y en que experimentamos la fidelidad del amor de Dios en medio de la adversidad, las pruebas y las dificultades, podremos experimentar un poco de la resurrección cada día. 


El Padre Michael S. Murray, OSFS es el Director Principal del Centro Espiritual De Sales. 

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